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Los créditos son una forma
de acceder a dinero para cumplir con objetivos personales y de negocios, es una herramienta clave en nuestras finanzas.
Aprender a manejarlo de forma adecuada, nos puede ayudar a conseguir nuestras metas y objetivos. Antes
de solicitar un crédito, debemos analizar diversos factores de nuestra
situación financiera, por ejemplo: cuántas deudas tenemos, cuáles son nuestros
gastos fijos y con qué activos contamos.
Existen, de manera
general, varios tipos de créditos, aunque cada país, de acuerdo a su entorno,
puede tener créditos y tasas de interés específicos.
Créditos Comerciales: crédito
que otorga el banco a empresas para satisfacer necesidades de capital de trabajo,
gastos de operación, adquisición de bienes, financiación de pasivos con otras
instituciones y proveedores. Normalmente es pactado para ser pagado en el corto
o mediano plazo.
Créditos Hipotecarios: crédito
que otorga el banco para la adquisición de una propiedad construida, un
terreno, como también para la construcción de viviendas, oficinas y otros
bienes raíces, con la garantía de la hipoteca sobre el bien adquirido o
construido; normalmente es pactado para ser pagado en el mediano o largo plazo,
muchas veces depende de la edad de la persona que solicita el crédito su relación
con el número de cuotas. Existen particularidades en cada país en relación al
financiamiento total o parcial de este tipo de créditos y el uso de la
propiedad adquirida.
Créditos de Consumo: crédito
que otorga el banco a personas para la adquisición de bienes o pago de
servicios, y que normalmente es pactado para ser pagado en el corto o mediano plazo.
Utilizar el crédito debe
ser asumido como un medio de pago y no como una fuente de dinero, nunca
deberíamos pagar algo con tarjeta de crédito para lo cual no tenemos ese dinero,
ya sea en efectivo o en alguna cuenta bancaria. Tener tarjeta de crédito no debería
será tomado como tener disponibilidad de dinero en cualquier momento, ese
capital tendrá que ser devuelto en un plazo y en caso que excedamos de ese plazo debemos
asumir un interés, usualmente las tasas de interés de las tarjetas de crédito
resultan ser las más altas del mercado por el tipo de crédito asociado, el de
consumo. Es esencial educarnos sobre como distribuimos nuestros ingresos para
adquirir bienes y servicios que no dependan del uso de estas tarjetas de
crédito, en caso que necesitemos adquirir ese producto o servicio de manera
inmediata, existen otras maneras de adquirir crédito con menor interés para
casos específicos que no nos ahoguen financieramente.
En el contexto actual, con
acceso a información y divulgación constantes, existen algunos criterios alarmantes
acerca del uso de las tarjetas de crédito como una fuente de comodidad
financiera donde utilizas el dinero de otros para garantizar el acceso a
productos o servicios, pero esto no debe ser tomado ligeramente y sí debemos
estudiar su uso para de esta manera no entrar en un bucle de deudas.
Pues los gastos fijos que
de cualquier manera tendríamos cada mes, no gastos nuevos que nos obliguen a
pagar cuotas y que generen asfixia de obligaciones por el interés elevado.
El uso de las tarjetas de
crédito debe ser organizado, cuando adquirimos un producto debemos garantizar
que se pagará en una cuota, de esta manera no se pagará interés. Debemos
utilizarla para pagar productos o servicios que podamos respaldar con nuestra
cuenta bancaria. Es importante además tener en cuenta que, en dependencia del
país, estas tarjetas pueden tener otros gastos asociados, como una cuota de
manejo.
Entonces, ¿Qué posibles beneficios produce el uso de tarjetas de crédito y para qué las utilizamos si no lo haremos en cuotas?
Resulta muy difícil financiar
un negocio o adquirir una propiedad sin el uso del crédito, por lo que poseer
un buen historial crediticio es importante en el momento de solicitar un
préstamo bancario para generar confiabilidad con la entidad bancaria y acceder
a mejores herramientas de financiación.
Existen otros tipos de
incentivos para adquirir tarjetas de crédito en dependencia de la entidad
financiera, como ciertos premios, tickets de avión, hoteles, algunas tarjetas ofrecen
un retorno del 2% por el monto de todas las compras, pero en otros casos los
incentivos son inexistentes, por lo que deberás siempre investigar las que
poseen mejores beneficios.
Ante tantos productos financieros asociados al crédito, es importante distinguir el crédito de manera binaria, o sea, existe Deuda Buena o Deuda Mala.
La Deuda Buena es aquella que asumimos para financiar una
operación cuyo margen neto o utilidades es superior al capital prestado sumado
al interés que pagamos sobre el préstamo, endeudarse hoy en día es usualmente
la única vía para invertir, pero en este caso, nos da la oportunidad de generar
rentabilidad, siempre asumiendo el riesgo que existe de fallar si no hemos
estudiado bien el escenario de la inversión.
La Deuda Mala es aquella asociada, entre otras cosas, a
lo comentado anteriormente en relación al mal uso de la tarjeta de
crédito, cuando nos encontramos en la
situación donde pagamos por productos o servicios que no generan rentabilidades
y donde existen obligaciones asociadas al interés sobre el crédito y que suele
ser muy alto, este interés debe ser asumido por los ingresos regulares que
tenemos y esto provoca gastos mayores, asfixiando de esta manera nuestra
capacidad adquisitiva.
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Comentarios
muy interesante artículo
ResponderEliminarMuchas Gracias
EliminarExcelente artículo
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